La suba de los insumos en dólares y la falta de financiamiento acorde a las necesidades de los productores son también factores que influyen en el panorama de cara a una nueva campaña.
MIRAMAR (Corresponsal)
El sector agropecuario de General Alvarado vive con cierta incertidumbre con lo que será una nueva campaña de trigo, donde en principio, por diversos factores se esperan rindes menores que el año pasado.
Ante este panorama, LA CAPITAL consultó al referente de Coninagro, Mario Raiteri.
“Se modificó la superficie implantada en el país que resultó menor a la estimada terminadas las cosechas en Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba de cultivos de trigo que sufrieron heladas, encharcamientos, granizo y fuertes vientos. Esto provocó la caída de rindes y pérdida de calidad del grano”, dijo.
Asimismo, el productor cerealero de Mechongué realizó un análisis de la zona sudeste y Mar y Sierras. “Ya comenzó la cosecha de trigo, en nuestra región las heladas los días 2 y 7 de diciembre más la presencia de enfermedades de hongos están generando rindes menores a los esperados”, afirmó.
Con respecto a los rendimientos en números, Raiteri expresó: “La mayoría de los lotes recolectados hasta el momento está entre 4.000 y 5.000 kilos, con pocos en los extremos de 3.500 y 6.000 kilos. Esta menor cosecha además de la suba en dólares de los insumos y la falta de financiamiento barato puede complicar la situación del productor triguero de cara a una nueva campaña”.
Más allá de la situación triguera, Raiteri hizo un párrafo aparte sobre el siempre conflictivo estado de los caminos rurales. “Cada vez se convierten en un mayor obstáculo al momento de llevar los insumos durante la época de siembra y ahora también en el período de cosecha que es la más favorable para transitarlos”, manifestó.
Por último, el dirigente de Coninagro pidió a las autoridades políticas que se comprometan a solucionar de base la infraestructura vial para facilitar la actividad agropecuaria y la vida de los habitantes de esa región.
“Un pedido a los intendentes de la zona, que se pongan las pilas no sólo por la implicancia económica sino por el daño en la trama social rural – la gente que vive en el campo – que esto genera”, concluyó.